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Encuentra tu motivación para adelgazar

16 Sep 2020

Septiembre es un mes ideal para empezar con nuevos propósitos, uno de los más buscados es adelgazar. Muchas son las personas que deciden perder peso después de las vacaciones, aunque no consiguen encontrar la motivación necesaria para llevar a cabo su objetivo. Si tu tampoco sabes cómo encontrar motivación para adelgazar, no puedes perderte este artículo que te traemos hoy.

 

El mes de septiembre es un mes que nos lleva de la mano hacia el otoño, una estación muy inspiradora y que nos invita a la renovación: observar cómo caen las hojas de los árboles nos puede conectar también con la importancia de saber soltar en la vida, de saber dejar caer. Quizás es el momento de empezar a soltar el verano, a soltar esas costumbres más permisivas, esa mayor flexibilidad en los horarios… Quizás también es un buen momento para empezar a pensar en soltar los kilos que hemos acumulado en estos meses por esa mayor permisividad. Además, es una época en la que el día se hace más corto y eso nos invita a estar más en casa. Así que eso también es una oportunidad de conectar con la importancia de cuidar el cuerpo, que es la casa de la vida.

Pilar Morales (@pilarmoralesibanez), Responsable del Área de Coaching de PronoKal, nos invita a empezar esta estación pensando en cuidar de ti mismo, en iniciar el tratamiento con el Método PronoKal o quizás en reiniciar o reconectar con tus propósitos de un peso y una vida más saludables. En este proceso de iniciar un tratamiento de pérdida de peso o reiniciar el compromiso con el tratamiento, la motivación es un componente esencial. En su sentido etimológico, motivación tiene que ver con movimiento, con lo que me mueve, lo que me hace pasar a la acción. La motivación se sustenta sobre una base emocional: es como la energía que hace posible que pasemos del deseo a la acción, y hay que distinguirla de la consciencia de necesidad. Una persona puede ser consciente, por ejemplo, de la necesidad de perder peso y eso se construye sobre una base racional. Esa base cognitiva, aunque es muy importante, es en sí misma insuficiente para arrancar, para empezar realmente a conseguir el objetivo. Necesitamos también la energía que nos aporta la motivación y que tiene mucho más que ver con el corazón, con la parte emocional.

Para conectar con la motivación te puede ayudar el plantearte preguntas de este tipo:

  • ¿Qué es para mí lo importante de conseguir este objetivo de pérdida de peso?
  • ¿Qué es lo que realmente me hace feliz de ese objetivo?
  • ¿Qué beneficios quiero conseguir con este peso más saludable?
  • ¿Qué es lo que realmente me importa?

En definitiva: ¿qué es lo que me hace sonreír cuando pienso en que ya he conseguido mi objetivo? Podríamos decir que la motivación es precisamente eso: lo que te hace sonreír cuándo piensas en tu objetivo ya conseguido. A algunas personas les es muy difícil conectar con los beneficios antes de haberlos conseguido y a veces se motivan por lo que se denomina motivación negativa. No porque sea mala, sino simplemente porque no se focaliza en los beneficios que se quieren obtener sino en aquello que se quiere evitar. Si tú tienes este tipo de motivación y te funciona, no tienes porque cambiarlo, pero lo cierto es que a la mayoría de las personas les funciona mejor la motivación positiva a la hora de iniciar la consecución de un objetivo.

Para hacerlo de una forma más didáctica, Pilar nos explica el ejemplo de una paciente que estaba altamente convencida de la necesidad de hacer el tratamiento con PronoKal. Había acumulado kilos en los últimos 2 años y realmente era consciente de que eso perjudicaba su salud y su autoestima. Había acudido a la visita médica y realizado la visita dietética, y había tomado la decisión de empezar. Lo que pasaba es que postergaba continuamente el inicio del tratamiento. Tras una sesión de coaching descubrió que esto no le pasaba solo con el tratamiento, si no que le pasaba prácticamente con el inicio de todas las cosas: cuando empezaba algo nuevo, eso le generaba mucho sufrimiento y ese sufrimiento hacía que postergase los inicios una y otra vez.

Las personas seguimos estrategias mentales internas, pero éstas solo se hacen evidentes cuando hacemos preguntas para descubrirlas. Así, para descubrir cuál era la estrategia que seguía su mente a la hora de motivarse, Pilar le hizo una serie de preguntas y resultó que su estrategia de motivación era la siguiente: lo primero que ella hacía era visualizarse (verse a sí misma en su pensamiento) con su imagen actual, esa imagen de la que estaba descontenta porque le sobraban unos cuántos kilos. A continuación se decía a sí misma una frase del tipo “Tienes que hacer algo con eso” y lo decía con un tono de voz interna que ella describía como duro y que sonaba a crítica y a exigencia. La paciente se sentía muy mal con ese tono de voz y esa frase imperativa, y le aparecía una especie de rebeldía y de resistencia interna y se sentía culpable por eso. Era como un círculo vicioso en el que no paraba de postergar el inicio del tratamiento.

Pilar le propuso entonces cambiar la forma en la que conectaba con su motivación. Lo primero que le pidió fue que crease una frase amable y que se la dijese en un tono también agradable y que esa frase estuviese conectada con el objetivo que quería conseguir, algo así como «qué agradable será conseguir ese peso saludable que deseo».  Aunque no todos somos conscientes de ello, el cerebro es sensible al tono de nuestra voz interna y responde a ello. En segundo lugar, una vez ya se había dicho esta frase en un tono amable, le pidió que crease una imagen de ella misma con el objetivo ya conseguido, que pensase en ella tal como se vería cuando ya tenía el objetivo conseguido. En ese momento, una enorme sonrisa apareció en su cara y, por último, le pidió que conectase profundamente con esa satisfacción que estaba sintiendo al verse tal y como se quería ver y que, en conexión con esos beneficios obtenidos, trajese esa satisfacción hacia el inicio del tratamiento con plena consciencia de que ese inició era el primer paso de una secuencia de pasos que la iban a llevar a esa imagen que deseaba y a esos beneficios que tanto quería conseguir. Repetir esta secuencia cinco veces suele ser suficiente para que quede interiorizado este patrón a nivel inconsciente. Al día siguiente la paciente escribió a Pilar para decirle que había empezado el tratamiento.

A veces, lo que hace que nos cueste motivarnos es hacia dónde dirigimos la atención. En la vida puede ocurrir que queremos conseguir unos beneficios que deseamos, pero para conseguirlos tenemos que hacer cosas que no nos resultan tan agradables. Si la atención se focaliza en eso que nos resulta un sacrificio o que nos resulta un esfuerzo, estamos perdiendo energía. Mientras que si llevamos la atención a los beneficios que queremos conseguir, estamos consiguiendo el efecto contrario: cargarnos de energía. Por este motivo, te recomendamos este tipo de motivación positiva que carga las pilas para iniciar en un estado óptimo el tratamiento de pérdida de peso.

Aquí os resumimos los tres pasos de esta estrategia de motivación positiva:

  1. Conecta con una voz interna que sea agradable y amable, y envíate un mensaje en conexión con el objetivo que quieres conseguir (por ejemplo, «qué bueno será haber conseguido este peso saludable»). No te olvides de la importancia de que el tono sea amable.
  2. Construye una imagen de ti con ese objetivo conseguido.
  3. Conecta con la satisfacción de ese objetivo conseguido. Date cuenta de cómo te sientes, de lo feliz que estás, de los beneficios que estás experimentando… y trae esa satisfacción hacia el inicio del tratamiento, con la consciencia de que ese inicio es el primer paso para llegar a conseguir ese objetivo que tantos beneficios te va a aportar a ti, a tu salud y a tu vida.

Carga el corazón de energía con la motivación positiva y eso te facilitará el paso a la acción.

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