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Todo lo que necesitas saber sobre el SIBO

03 Abr 2024

Por Laura García.
Dietista- Coach del equipo Nutrición PronoKal

Imagina esto: tu estómago se siente constantemente hinchado, como si hubieras comido una comida abundante incluso cuando apenas has probado bocado. Experimentas náuseas, vómitos, y molestias abdominales después de cada comida. Quizás te enfrentes a episodios de diarrea o estreñimiento que parecen no tener fin. Si te sientes identificado con estas descripciones, podrías estar sufriendo de SIBO, y te recomendamos consultarlo con un médico especialista.

SIBO son las siglas en inglés de «small intestine bacterial overgrowth» (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado). En pocas palabras, se trata de un desequilibrio en el tracto gastrointestinal donde bacterias del intestino grueso proliferan en el intestino delgado. Esto desencadena un proceso de fermentación de ciertos azúcares que puede causar una variedad de síntomas incómodos, que van desde náuseas y vómitos hasta gases, hinchazón abdominal, diarrea y/o estreñimiento.

Este desequilibrio en el sistema digestivo puede hacer que incluso las tareas diarias sean difíciles de manejar. Sin embargo, entender los síntomas y buscar un diagnóstico adecuado es el primer paso para encontrar alivio. En esta entrada del blog, exploraremos en detalle qué es el SIBO, sus síntomas, causas y opciones de tratamiento disponibles para ayudarte a recuperar el control de tu salud digestiva.

¿Cómo se diagnostica?

Debido a toda la difusión que se ha creado en redes sociales, es imprescindible que esté diagnosticado por profesionales especializados porque los síntomas pueden confundirse con otros trastornos funcionales digestivos.

Los métodos diagnósticos más usados se basan en la medición del hidrógeno expirado al tomar una bebida de glucosa o lactulosa con agua.

Las células humanas no son capaces de producir hidrógeno o metano, así pues, su presencia significará un metabolismo de estos azúcares por parte de las bacterias en el intestino, una absorción de los gases y una posterior exhalación por los pulmones.

¿Cuáles son las causas?

Es importante recalcar que el SIBO no es una enfermedad, es una consecuencia del desequilibrio de las bacterias del intestino delgado debido a la complicación de otra enfermedad y es necesario encontrar la causa para tratarlo, la cual puede ser de origen muy variado y estar asociada a: síndrome del intestino irritable, pancreatitis, diverticulitis, enfermedad de Crohn, alteraciones metabólicas, cirugía abdominal, problemas inmunológicos, intolerancias y alergias alimentarias, consumo de alcohol y/o drogas.

Añadir que este sobrecrecimiento bacteriano empora debido a unos malos hábitos a nivel de alimentación, descanso, gestión del estrés y ejercicio.

¿Cuál es el tratamiento?

Además de recibir el tratamiento para la causa que ha desarrollado el SIBO, lo más utilizado es la combinación de antibióticos farmacológicos y dieta baja en carbohidratos (fodmaps).

La dieta baja en fodmaps excluye aquellos alimentos vegetales ricos en hidratos de carbono fermentables como los oligosacáridos, los disacáridos, los monosacáridos y los polioles, dura aproximadamente unas 4-6 semanas, dependiendo de cada caso y tiene que ser personalizada según los síntomas de cada paciente.

Son varias fases y en la primera se restringen prácticamente todos los fodmaps que después se van reintroduciendo poco a poco bajo la supervisión de una nutricionista, valorando la aparición de síntomas digestivos y posibles carencias de la dieta.

Además, es fundamental el acompañamiento por un profesional que ayude en la gestión del estrés, ya que provoca una disminución de ácido clorhídrico del estómago y un aumento del riesgo de colonización de microorganismos patógenos.

Algunos alimentos que suelen evitarse al inicio del tratamiento bajo en fodmaps son los siguientes:

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